En agosto del año pasado, el gerente de recursos humanos de una empresa me habló de la necesidad que tenían de desarrollar a sus líderes urgentemente y del desafío que fue -y sigue siendo- liderar a las personas en su empresa. Este gerente decía: “Si ya teníamos brechas de liderazgo antes de la pandemia, imagínate ahora que además tenemos que gestionar equipos en forma remota o con distancia social, con más presión de diversos tipos y hasta con menos recursos que antes»
Es comprensible que el desarrollo de habilidades de los colaboradores en las organizaciones se haya incrementado sustancialmente en este último año. Se requieren atender nuevas tareas o nuevos puestos que han surgido y el entrenamiento en estas es fundamental para obtener los resultados esperados por el negocio. Sin embargo, también es un momento crítico para desarrollar las habilidades de liderazgo entendiendo que este desafío viene desde hace mucho atrás y que ahora se ha incrementado producto de la nueva realidad.
Todos las investigaciones actuales hechas sobre el mundo organizacional, coinciden en que el desarrollo del liderazgo es uno de los ejes clave de trabajo para las áreas de Talento Humano. El Global Leadership Forecast 2021 que es la investigación sobre liderazgo más extensa a nivel mundial hecho por la DDI, señala que sólo un 28% de expertos de RRHH consideran que tienen un liderazgo de alta calidad en sus empresas y a su vez, un preocupante 60% de líderes indican que se sienten «agotados» al final de cada jornada laboral y casi la mitad de ellos indicaron que esperaban cambiar de empresa pronto.
Ante este desafío, es necesario trazar una hoja de ruta clara, flexible, progresiva y más empática para el desarrollo del liderazgo y atender los desafíos actuales sin dejar de lado, la mirada a futuro. Muchas veces la impaciencia por resultados inmediatos nos impide ver que el liderazgo es un eje impulsor de la cultura y el éxito de la organización y por lo tanto, debe ser cultivado pensando también en la sostenibilidad de cada empresa. Les comparto cinco pasos básicos para atender este desafío:
Diagnosticar las fortalezas y debilidades de nuestros líderes. Esto va más allá de una evaluación de competencias o de atributos, es además una mirada personal a cada líder y el impacto que ha tenido todo este nuevo contexto en su desempeño en el puesto pero también en su vida personal. Este diagnóstico, debe abarcar un análisis del aquí y ahora y a su vez, debe ayudar a prever lo que se requiera de ellos a mediano y largo plazo dentro de la empresa.
Diseñar una ruta de aprendizaje clara, flexible y progresiva. Es vital identificar las dimensiones a trabajar y los resultados esperados. Los objetivos y contenidos de cada actividad, deben estar directamente relacionados a un mejor desempeño en el rol y bienestar personal del líder. Esta ruta debe ser una secuencia progresiva de eventos integrados y que permita atender desde los desafíos personales y de gestión más urgentes e inmediatos hasta los más importantes que se requieran en el tiempo.
Desarrollar e implementar las soluciones de Aprendizaje y Soporte. Focalizarse en aquellas soluciones que puedan utilizar los recursos ya existentes, sumar las nuevas que agreguen valor y sobre todo, que se adecuen al líder ya que este es el centro de la experiencia de aprendizaje. Los recursos informáticos y didácticos deben apalancarse en un profundo conocimiento de hacia quiénes va dirigida cada acción y cuál es la modalidad o formato que puede generar mayor compromiso y participación.
Monitoreo permanente. Dar una retroalimentación constante sobre el progreso en el desarrollo de una habilidad es uno de los mecanismos más efectivos para el éxito de cualquier programa de desarrollo. En este proceso deben estar involucrados todos los stakeholders: aprendices, líderes, especialistas de talento humano, entre otros.
Aprovechar al máximo la tecnología de aprendizaje. La gran variedad de recursos metodológicos y tecnológicos para descubrir necesidades rápidamente o para desarrollar jornadas y recursos formativos cada vez más atractivos es impresionante y nos ayuda a ser más efectivos. Podemos explorar desde recursos gratuitos o de bajo costo hasta plataformas muy robustas para ofrecer experiencias de aprendizaje completas.
El liderazgo es una dimensión a cultivar en cada organización. Es importante trazar una hoja de ruta progresiva que considere el refuerzo de las habilidades de gestión y socio emocionales de los líderes para una mejor gestión de sus colaboradores y también de sí mismos.
Autor: Manuel Barrantes – Gerente General Reach HR Group
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