La «ola» de recursos para el aprendizaje aún no culmina y seguirá incrementándose en la medida que la tecnología siga mejorando y cada vez más al alcance de todos.
Recuerdo que mi primer intento para aprender a tocar guitarra fue por lo menos hace 20 años. Compré un manual y me inscribí en clases presenciales para aprender a tocarla. De hecho que la experiencia de compartir con otros y sentir la vibración del sonido me inspiraba y motivaba mucho aunque al parecer, no fue suficiente ya que desistí rápidamente de seguir aprendiendo.
Hace unos meses, decidí nuevamente aprender a tocar guitarra y a pesar que tengo años diseñando experiencias de aprendizaje virtual para empresas, me pareció fabuloso volver a estar como aprendiz y explorando cada recurso con el que podía contar. Mi experiencia no pudo ser más positiva: en no más de un mes, ya puedo tocar bien cinco canciones (realmente soñaba con tocar Imagine de John Lennon) siguiendo el paso a paso de GuitarraViva en Youtube, también soy capaz de afinar mi guitarra usando la app GuitarTuna y pronto aprenderé a leer las partituras y por si fuera poco !Gratis!.
La tecnología ha ampliado nuestras posibilidades de mejorar o adquirir alguna habilidad, sin embargo, las bases del aprendizaje también se mantienen más vigentes que nunca. Para lograr esto, es vital considerar los siguientes principios:
(1) Tener un objetivo de aprendizaje claro y que cubra la necesidad del aprendiz para desempeñarse mejor
(2) La experiencia debe ser centrada el usuario que ha cambiado su manera de interactuar y relacionarse con otros y con la información.
(3) El usuario es el protagonista por lo que hay que utilizar todo lo que ofrece la tecnología para hacerlo más simple y atractivo.
Tal cómo dice Elaine Biech en su libro ATD’s Foundations of Talent Development (2018), «solo los que facilitan que los participantes tengan control de sus propias necesidades asegurarán que al aprendizaje dure». En la experiencia que les he compartido, mi objetivo de aprendizaje siempre estuvo claro: disfrutar del sonido de la guitarra desde mis propias manos, sin embargo, es con la tecnología que la forma de aprender a tocarla se puso a mi alcance y en especial, en un formato y experiencia que me permitía ser protagonista y decidir cuándo, cómo y con que recursos hacerlo.
Esta experiencia podemos trasladarla desde el mundo personal al empresarial. Manteniendo los mismos principios de aprendizaje podemos explorar la necesidad actual y futura de habilidades en nuestros colaboradores, identificar objetivos de aprendizajes claros, analizar las plataformas tecnológicas o recursos que tenemos dentro de la compañía y los que se encuentran disponibles en el mercado pero sobre todo, considerando que esta experiencia debe tener al aprendiz en el centro de todo y volverlo protagonista de su propio aprendizaje.
Autor: Manuel Barrantes Mugarra – Gerente General @Reach HR Group
Leer original: http://bit.ly/LaTecnologia-para-Desarrollo-de-Habilidades